viernes, 19 de septiembre de 2008

“El que sabe, sabe, pero de Dios es la Sabiduría y la Gracia.”


“Nunca digas que sabes suficientemente de tu vida de lo que dice tu saber hasta que no sepas que Jesús sabes lo que tu consideras que sabes y que no sabes plenamente cuando Él sabe lo que tu no sabes”.
Kev´s

No sabemos que somos expertos y sabios en un tema, una profesión, oficio, deporte, etc, hasta que nos encontramos frente a una persona que es aún más fuerte sabia y experta en dicho tema que nosotros y digo esto por la situación en la que me encuentro laboralmente.

A mis 25 años y a 2 meses de casarme entre a una empresa contratista de proyectos de ingeniería en obras civiles y eléctricas como auxiliar de un ing. eléctrico, mis tareas muy comunes era transcribir en aplicaciones donde no requería mucha experiencia, sino conocer lo básico. Por la gracia de Dios pude hacer un curso de capacitación unos años atrás con respecto a estos programas, pero para mi sorpresa me encontré que dicho ingeniero era un “As” en los computadores, yo siempre consideré tal cosa en mí, es mas la gente me lo recalcaba al momento de estar frente a un computador, pero al ver que él hacía cosas y profundizaba en cosas que yo no consideraba importantes, pude darme cuenta y decir con franqueza: “Señor yo pensé que sabía lo suficiente de computadores, que era único en mis especie y que era apto para que una empresa quisiera contratar mis servicios, pero realmente ¡yo no sé nada!”.
Y digo que no se nada porque me encontré con una persona que sabía más de lo que yo pensaba que yo creía saber, pero esto no fue motivo para acongojarme aunque por momentos pensé que yo no era nadie en la vida por no tener un titulo profesional que dijera: “Soy Ing., Administrador, Licenciado….en…”, entonces decidí hacer 2 cosas: primero reconocer que yo no se lo suficiente y que necesito aprender más de aquel que realmente si conoce; segundo, esforzarme por siempre reconocer que nunca se lo suficiente de algo en mi vida aunque a menudo lo haga y seguir siempre tener una actitud de aprendizaje diario en mi vida.

Cuento esto porque realmente soy un apasionado de escuchar la voz de Dios y conocer al Señor Jesús personalmente y cara a cara, porque con Él cada día me doy cuenta cuanto necesito aprender en la vida; he pasado situaciones en las que he aprendido a ser eficiente al momento de resolverlas, ejemplo de esta son los computadores, pero por la naturaleza caída que hay en mí, mi ego y mi carne tiende a juntarse para hacer de las suyas y hacerme creer que soy el mejor en lo que hago y no es así, porque realmente lo que me hace cada día ser mejor en lo que soy es solo la gracia de Dios en mi vida, es solo porque al E.S. de Dios le place habitar en mí y mostrar la gloria de Cristo en mi vida. No se trata de que Dios no quiere que no seamos excelente en lo que hacemos, de hecho la excelencia es uno de sus atributos, pero humildemente como escuche a Arthur Burt en una de sus enseñanzas: tenemos que reconocer una verdad grande en nuestras vidas y es que somos un gran desastre sin la gracia y la presencia de Dios en nuestras vidas.

A veces he pensado que la gracia de Dios sería realmente un peligro en nuestras vidas sino tuviéramos al E.S. avivado en nuestros corazones para revelarnos la verdad de lo que somos en Cristo. Hemos recibido gracia sobre gracia por su plenitud (Juan 1:16), es uno de los regalos más preciosos que el Padre nos dio a través de su primogénito, con ella gozamos de acercarnos confiadamente al Padre cada día sin requisitos y medidas de restricción alguna, de hecho de esto se trata la Gracia de Dios, que podemos ser en Él, como Él, para Él, bajo Él todo el tiempo, sino fuera porque realmente me encontré un día frente a Jesús, todavía estuviera pensado: “que sé lo suficiente de mi vida para manejarla y llegar a la meta que yo espero un día alcanzar por mi propios méritos”, hoy entiendo que fue por Él que yo pude ver el verdadero sentido de mi vida, que solo por Él alcanzaré el verdadero propósito de mi vida que es el que el que mi Padre Dios quiere en mí y es: “ser la imagen del varón perfecto, que es su hijo, el Señor de señores, al que se le otorgó el derecho de reinar por los siglos de los siglos”.

Quiero retarte a ti que en este momento que estás leyendo este capítulo en algo:

1. Quiero que mires por un momento y señales en que eres eficiente o diestro para realizar una actividad, oficio o profesión y te autoevalúes es si crees que no tienes alguna consúltale a alguien que te conozca lo suficiente sepa de tus actitudes y también te evalúe.
2. Luego de saber tu propio concepto y el de otros mira dentro de ti y pregúntate como te sientes, seguramente te sentirás de buen ánimo, pero podrás experimentar orgullo diciendo: ¡wao, soy fantástico, inteligente y capaz , etc!, pero recuerda esto: lo hermoso que hay en ti es el hermoso y precioso Jesús que se está formando en Ti.
3. Y por último vez al Sabio de sabios y dile en el secreto de tu intimidad con Él: Gracias a Ti soy lo que soy.
Kev´s

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